viernes, 11 de enero de 2019

MARIE KONDO, LA GURÚ DEL ORDEN

COMO ES ARRIBA, ES ABAJO
Metafísica, de CONNY MENDEZ

Una de las cosas más difíciles de lograr, y la que es más vital para el desarrollo de la vida, es la armonía. Que aspectos opuestos, avancen y retrocedan hasta crear una zona común donde convivir en paz. Porque la armonía es imprescindible para la paz en el corazón. El cese de los juicios, las censuras, las críticas. La benevolencia significa precisamente esto: ausencia de críticas. Para dejar de juzgar, hay que aceptar que los demás tienen derecho, al igual que nosotros, a vivir y experimentar la vida como deseen. El límite es hacer daño a otro ser vivo para conseguir experimentar lo que yo deseo, esto no es apropiado hacerlo porque socavas y destruyes su libertad en aras de la tuya...





Hace años vi una serie documental en alguna cadena, que trataba de casas de acumuladores, que guardaban almacenes y cobertizos, llenos hasta los topes de cosas y cosas, muchas de ellas rotas y viejas. El que hacía la intervención, era un hombre, procuraba que la persona que tenía este problema de acumular comprendiera que estaba siguiendo un impulso que no controlaba y que repercutía perjudicialmente en su familia y en su casa. Nunca había visto tantas cajas juntas, tantos trastos, tanto de todo. Acumulado e inservible ya que en esa casa no se usaba lo que estaba guardado.
En estos casos de acumulación sí que es saludable un cambio, un sanar ese impulso compensatorio para que la persona pueda reclamar el afecto que necesita, en lugar de comprar mil cosas y dejarlas tiradas.

Pero si no hay este problema de fondo, cada casa, cada familia y cada persona, puede crear esta armonía entre ellos y las cosas, para que sea sana y satisfactoria, como le de la gana.
Si no quiere ocuparse de limpiar y no quiere tener nada en su casa -lo llaman minimalismo- pues estupendo. Es su casa y lo respeto. Si otra persona tiene tantísimos recuerdos de toda su vida y de sus viajes y lo quiere tener todo a la vista, estupendo. Es su casa y puede vivir como más le apetezca. También lo respeto.

Marie Kondo debe creerse afortunada porque NETFLIX le da ese espacio en su serie documental, tal vez crea que debe tener tanta razón en hacer llorar a las personas con las que realiza la intervención. Habrá personas -muchas o pocas- que estén tan de acuerdo en poner normas (30 libros por familia) a otros, que la aplaudirán.

No he visto la serie porque no me apetece, la verdad. Nunca he tenido problema con el orden. Me he llevado muy bien con mis objetos y pertenencias, entendiendo siempre lo que quiero conservar y lo que quiero sacar de mi casa o de mi vida. Mi casa y mis pertenencias están en función de mis gustos y preferencias, de mis talentos y dones. En tu casa pasa igual. La diferencia a lo mejor -entre tú y yo- es que yo hace décadas que trabajo en mí misma, me conozco profundamente, sé lo que quiero y lo que rechazo. Pero si tú todavía no, no pasa nada: ¡empieza ahora! 

En su día, estudié y me diplomé en FENG SHUI, el arte chino milenario de la energía y los espacios, que vino a darme argumentos para constatar que mi intuición respecto de las energías y los espacios, era bastante acertada. También en su día estudié Metafísica, que como su nombre indica va más allá de la física. Conny Mendez me encantó, por su sencillez y contundencia. Resumiendo mucho, mucho, viene a contar que todo es una misma cosa o substancia, que la ilusión de separación es eso, una ilusión. Que todos formamos parte de ese todo y que cada uno de nuestros actos por pequeño que sea, impacta en el resto del mundo y de los mundos.

"Como es arriba, es abajo" significa que no hay diferencia entre tu mundo interior y tu mundo exterior. Si hay orden (armonía) dentro de ti, fuera de ti también la habrá porque tú expresas quien eres allá a donde vas. Y si es a la inversa, ese caos interno se refleja en tu exterior, por la misma razón.

En Feng Shui se dice que para crear ese orden y armonía solo es necesario comenzar por algo pequeño, un cajón, por ejemplo. Al arreglarlo y dejarlo más como te parece mejor, a ti, por dentro asimismo se "arregla" algo... más tarde ese alivio del orden, te impulsará a seguir ordenando, cajón a cajón, terminarás armonizando todos tus espacios.

Si donde vivo y cómo vivo son un reflejo de quien soy y de cómo me encuentro, ¿cómo puede venir alguien a decirme como tengo que ser o sentir?

Eso es lo que hace Marie Kondo. Y es peligroso. No por ella, porque es solo una persona, pero sí por lo que representa y esa ola de rigidez y soberbia que está exaltando el planeta entero. 



Cuando algunas personas creen que ellas poseen la sabiduría y los demás no, no pasa nada. La verdad es que todos tenemos derecho a pensar lo que queramos.

Pero, cuando esas personas se multiplican y creen que tienen derecho a imponer sus creencias, su cosmovisión, a todos los demás, esto ya no está bien. Tienen derecho a pensar lo que quieran pero no tienen derecho a hacer lo que quieran.

Y si además llegan a posiciones que les permiten impulsar leyes para castigar las visiones diferentes de la vida, entonces sí que la amenaza se ha convertido en un peligro real, que se llevará vidas por delante.

Así que aprovecha y piensa. Pero piensa de verdad, con tu capacidad cognitiva, con tu inteligencia. Cuestiona todo, no te creas nada. Averigua, explora, reflexiona. Extrae tus propias conclusiones y cree en ellas y en ti y deja que otras personas permitan que su libertad sea manipulada, pero no tú.

El mundo es como es porque nosotros, los humanos, lo creamos exactamente así. Lo que no te guste, deja de crearlo en tu pensamiento. Deja de apoyar ideas espantosas, deja de ver las noticias, deja de escuchar las quejas, el dramatismo...

Cree en ti y en lo que es bueno para ti. Y si dudas sobre lo que es bueno, pues prueba. Y piensa de nuevo, reflexiona, llega a conclusiones, actúa como te va bien a ti. 

No recomiendes esta serie, porque con ello lo que haces es decir sí a que otro piense por ti, y decida por ti. 

Enfrenta tu casa y tu orden y busca las soluciones que te vienen bien a ti. Hay personas que desean vivir en doce metros cuadrados. Les encanta. Bien. Pero si tú prefieres ochenta metros cuadrados, ¿por qué tu deseo es peor que el de esa otra persona? Tú vive como quieras y deja que otro también lo haga. Esa es la semilla de la paz, de la armonía.

Si no tienes idea de cómo organizar las diferentes habitaciones u objetos, busca algún libro sobre el orden, que hable de maneras de ordenar, no que te diga cuál de esas maneras has de usar tú.

La esclavitud no se refiere solo a comerciar con las personas de raza negra que se hizo en el pasado; ni comerciar con sustancias que matan a las personas que las consumen y que las atan irremisiblemente a la muerte adelantada. Ni tampoco al comercio de órganos, o de mujeres, o de niños y niñas... también se refiere al encadenamiento simbólico a unas ideas. Impide que ese negrero te abduzca y caigas en sus redes para no salir nunca más sano y libre. 

La tenaza que rompe esa cadena es hacerte preguntas. Cuestionarlo todo, buscar evidencias, y aún otras más, hasta que tu inteligencia y tu experiencia te ofrezcan la explicación que posee mayor libertad, mayor amor, mayor armonía.

Quédate con tus conclusiones bien trabajadas, con el producto de tu esfuerzo cognitivo y emocional. Pensamos y sentimos, a la vez. Cree en ti y en lo que sientes tú. A los demás, ¡que les den! Ni obligues a que te sigan en tus ideas ni permitas que te obliguen a seguir las suyas...



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