viernes, 6 de diciembre de 2019

EL LADO OSCURO DE LA NAVIDAD


Ya han pasado veinte años del siglo XXI, en nada entramos en la tercera década. Miramos alrededor y no se ve por ninguna parte evolución como especie. Los humanos, en general, siguen siendo muy, muy primitivos y básicos.

Los científicos han dicho que al planeta le quedan treinta años de vida habitable. Mi sobrino-nieto más pequeño tendrá treinta cinco años, la plenitud de la vida. ¿Va a tener que vivir en un estilo de sociedad como Blade Runner?

Por Dios, hagamos algo al respecto, pero de inmediato.

Empecemos por la Navidad ¿os parece?

Porque la Navidad tiene un lado muy oscuro, espeluznante. Te cuento como lo veo yo y tú, reflexiona y extrae tu propia opinión, visión, y decisión para actuar.

La Navidad conmemora el nacimiento de Jesús, según la tradición cristiana. Bien que las personas adscritas a esta fe, lo festejen siguiendo costumbres ancestrales, si se refieren a la fe y a los paradigmas de dicha fe.

Pero oye, ¿es bueno permitir que el capitalismo y la industrialización utilicen esta conmemoración para hacer de las suyas?

Antes, cuando yo era pequeña -allá por 1960- se había pasado tanta hambre años atrás que la gente había adquirido la costumbre de comer mucho en esas fechas. En las casas socio-económicamente  medias, se comía sencillo, y en Navidad se esmeraban en cocinar platos elaborados y que eran más caros porque en aquel entonces existía el Aguinaldo, que era las propinas que se les daba a los trabajadores para comprar cosas extra.

Pero ahora: en las sociedades occidentales, ¿de verdad que necesitamos darnos esos atracones
Si la obesidad es una de las lacras de estas sociedades. Y aún, algo peor: la obesidad infantil, promovida por comer en exceso y productos procesados. Más rápido, menos esforzado, parece ser la norma implícita. ¿Dónde quedó aquel pan elaborado artesanalmente, con un rico chocolate? ¿O el bocadillo -hecho con el mismo buen pan- con queso, o con jamón en dulce?

La digitalización es ya un hecho imparable. El mundo está conectado, parece. Pero en realidad no lo está, está cada vez más sectorizado, separado, para que así sea fácil ignorar lo que no conviene que se tome consciencia.

En tu ciudad, en tu pueblo, hay ahora mismo personas que pasan hambre, y malas condiciones climatológicas. En otros pueblos y ciudades, también. No se trata de que pases hambre tú para que coman ellos, sino seguir aquella filosofía que dice: si yo tengo un bocadillo y tú no tienes ninguno, si te doy la mitad, ambos tenemos medio bocadillo.

Cuando llueve, que a mí me gusta menos que los días soleados pero también me gusta, lo primero que me viene a la cabeza son todas las personas que están viviendo en la calle, y todos los animales abandonados, en las perreras, por los barrios, sufriendo la lluvia y las tormentas.

¿Me pongo en mi patio para que la lluvia me empape y así ya estoy como ellos? Pues no, eso es entenderlo al revés.


De lo que se trata es de ser consciente. Para sentir lo rico o rica que eres de verdad. ¡Tienes tantísimo de lo que disfrutar!

Así que siente gratitud y alegría porque tienes una vida realmente buena, cuando te acuerdas de todos aquellos que lo pasan mal. Cuando estás así, todo va mejor porque la alegría va junto a una química cerebral muy favorable al funcionamiento óptimo del cerebro.

Se encajan las dificultades con un ánimo más proactivo, con más lucidez para encontrar soluciones que las resuelvan.

También esta consciencia te permite hacer -en la medida en que tú puedas- las acciones que cooperan a que el mundo sea menos terrible para muchos. Tener un presupuesto aunque sea pequeño, para ayudar a las ONG que te guste lo que hacen. Ser ciber-activista, firmar cada semana peticiones para que haya más justicia. Cocinar para la gente que no tiene casa ni comida. Tejer bufandas para ayudar a las ONG de la tercera edad, guardar las monedas de cobre y una o dos veces al año donarlas en esas tiendas con huchas solidarias... infinidad de acciones hay para que tú elijas una.

Y desde luego, que seas consciente de cuánto despilfarras, y cortes eso. Come solo la cantidad que te deja sin hambre, de buena calidad pero lo suficiente y no más. Deja de usar plástico. Gestiona mejor el agua en tu casa. Ignora los mensajes subliminales de las tiendas y compra solo lo que deseas de verdad comprar. Espabílate y se creativo y creativa para los regalos, no te gastes lo que no tienes y menos para quedar bien o tiranizado por unos hijos que no saben lo que valen las cosas (¿que tú por lo visto no les has enseñado?)

Muchas acciones pequeñas realizadas por muchas personas logran lo impensable

Así que no crees una excusa para dejar de hacer algo, por la idea de que no vale para nada...

Pero el lado oscuro sigue más y más al fondo...

Todos los niños y mujeres esclavizados cosiendo la ropa que ya te venden súper rebajada porque es antes de Navidad... los horarios inhumanos de multinacionales para que salga la producción excedida para estas fechas... los animales -como el cerdo, el cordero, el pato... - que son criados y cebados de formas tortuosas y torturadoras, para vender más y más por Navidad...

Cuando untes la tostada con paté, acuérdate de lo que le hacen al pato para que su hígado se ponga de esa manera. Atado, con el pico abierto y un embudo para obligarlo a ingerir esa comida...

Cuando degustes ese jamón serrano, acuérdate de cómo las empresas a las que les compras, los tienen en las granjas hacinados, cadáveres incluidos. Cómo los matan sin aturdimiento, porque así se ahorran tiempo y electricidad...

Toma consciencia y cambia tu actitud. Esas personas y esos animales esclavizados tienen el mismo derecho que tú a vivir en libertad, alcanzar el bienestar, dar sentido a sus vidas. Pero mientras sigas comiendo y comprando todo lo que, seduciéndote, la industria quiere que compres, las cosas seguirán no igual, sino peor. La famosa Coca-Cola, con una publicidad excelente pero que te oculta que es una bomba de azúcar que te hace adicto y te convertirá en diabético o diabética en unos años. Deja de creerte los anuncios y piensa con tu cabeza y siente con tu corazón...

¿Quieres comer jamón? Pues come jamón pero exige que no lo envuelva plástico. Exige que los cerdos mueran con aturdimiento, para que no sufran.

¿Quieres tomar leche? Pues toma leche, pero exige que las vacas no sean usadas como objetos que dan leche (inseminándolas constantemente porque te recuerdo que la leche en los mamíferos solo la fabrica el cuerpo, si hay un hijo), hormonadas y llenas de medicamentos. Por cierto, todas esas sustancias llegan a ti ¿te acuerdas?

Así que asume que la Tierra se está volviendo inhabitable, también por ti. Piensa en tus hijos y nietos ¿qué les dejas como legado? 

Si el final no te gusta, es porque no es el final

Podemos cambiar las cosas y evitar que este planeta tan increíble se estropee para siempre. Busca a otras personas que estén movidas por el mismo objetivo. Unidos hacemos mucho más.

Haz cambios en tu día a día. Pequeños, pero constantes. Yo ya los estoy haciendo. Que si el planeta se rompe, no sea ni por ti ni por mí y nos muramos con la consciencia tranquila y en paz.

¿Te imaginas que la mitad de los humanos hiciéramos esto?

¿Qué vida podrían vivir las generaciones futuras?





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